En pocos días salen al mercado los vinos de los Viñedos Únicos de la bodega riojana Valdelacierva. Se basan en que hace ya unos años el Consejo Regulador de Rioja puso en marcha el proceso de zonificación, que consiste en que, además de las tres zonas históricas de Rioja Alta, Alavesa y Oriental, se puedan afinar otros vinos de zona y municipio que tienen características especiales y diferenciales. Por encima de ellos, el mayor nivel de reconocimiento, lo tienen los viñedos singulares, normalmente pequeñas parcelas que por sus condiciones de suelo, orientación, corta producción, viñas viejas, vendimia manual… son especiales.
Muchas firmas riojanas se lanzaron a buscar esos viñedos para certificarlos ante el Consejo Regulador y poder hacer vinos concretos procedentes de ellos. En muchos casos, de un gran viñedo, se podían seleccionar algunas parcelas que reunieran las condiciones exigidas.
Es el caso de Valdelacierva. La firma hace años que apuesta por vinos de alto nivel y de mayor valor añadido y, lógicamente, no podían quedar fuera de la punta de la pirámide, que son los vinos singulares. En su caso Viñedos Únicos, que dan como resultado Valdelacierva Montepedriza 2019, 100% garnacha, y el Cantogordo 2018, a base de tempranillo, que llegarán al mercado en marzo. La casa cuenta también con dos de alta gama, aunque no de viñedos especiales que son, el Valdelacierva Garnacha 2018, y el Edición Especial 2017 elaborado a tercias con las variedades maturana tinta, garnacha y tempranillo. Éste saldrá un poco más tarde porque la enóloga de la casa, Emma Villajos, prefiere redondearlo un par de meses más en botella.
Y es precisamente esta mujer joven, enóloga con gran preparación, uno de los mejores activos de la firma. Normalmente los mejores viñedos riojanos están en manos de viticultores de toda la vida, que vi-ven de ellos y, naturalmente no venden, así que la única solución es aliarse con ellos. Contratos a largo plazo y pagar caro por la buena uva. Villajos selecciona los viñedos, las parcelas especiales, negocia, y luego hace los vinos. Un buen trabajo que la ha llevado a ser la supervisora de enología de todo el grupo Hispanobodegas, al que pertenece Valdelacierva, que dispone de otras dos bodegas: una en la Ribera de Duero soriana, Viñedos y Bodegas Gormaz y otra en Rueda, Garcigrande. La punta de lanza es esta última que se nutre de la producción de varias fincas, en Rioja Alavesa, en San Vicente de la Sonsierra y en Tudelilla, en Rioja Oriental, donde están las mejores garnachas.
El ejemplo es Valdelacierva Garnacha 2018, muy expresivo e intenso, lleno de fruta madura muy rica, que acompaña con una gran mineralidad en nariz. En boca
es robusto, redondo con tanino domado (27 euros). Y de una pequeña parcela dentro de la finca sale el Montepedriza 2019 con viñedos de 103 años. Ya el precioso color violáceo al servirlo, te atrae y aparece en nariz elegante, fino sutil, pero con garra y nervio. La boca, potente, amplia, larga con noble fuerza (65 euros).
El Canto Gordo 2018 con tempranillo de Rioja Alavesa impresiona al llevarlo a nariz por su extraordinaria complejidad. Fruta madura, especias como canela, tinta china, caja de puros; la boca soberbia, equilibrada, centrada, larga. Un vinazo (65 euros). Y cierra el Valdelacierva Edición Limitada con la mezcla de las tres variedades. Aparece mucha fruta madura, sotobosque con jara y eucalipto. La boca, estructurada, con fuerza, muy larga y sabrosa (38 euros).